24 mayo 2011

Colloquia scholastica ad usum magistrorum


Para el profesorado que utiliza el método inductivo puede ser útil tener y leer una serie de coloquios escolares, que le ayudarán a mejorar su práctica activa de la lengua latina.
Las mejores obras de este tipo son, por supuesto, las de los humanistas, en particular, los Colloquia de Erasmo, por su vivacidad, frescura y pureza de la lengua; los de Corderio son escenas simples de la vida escolar, útiles por las locuciones y fraseología (han sido tomados ad litteram por Schwieder, que ha añadido un apéndice de fraseología bastante útil); los de Vives han dado un número excesivo de palabras raras y longē petītae; los de Pontano son muy elegantes en la lengua y nos dan una idea de los ejercicios que los jesuitas hacían realizar a sus estudiantes. Los demás son inferiores, y a veces se aprovechan de los más grandes, sin confesarlo (véase, por ejemplo, los Dialogī de Antonio van Torre).
Además de los Colloquia o Latinucci, como los de Poliziano, los humanistas solían componer obras introductorias a la obra de cada autor. Por ejemplo, los Colloquia Plautīna de Rosseo; o, como introducción a Horacio o a Plauto, por citar otro ejemplo, los Dialogī de Adriano Barlando.
Otros han probado, en la época moderna, a proponer pequeños diálogos, temas para conversación y colloquia en latín; en los años 30 del siglo pasado, Italia se vió inundada también de estos pequeños volúmenes, coincidiendo con una disposición ministerial que promovía la práctica de las conversaciones en latín en la escuela. Sin embargo, estos libritos, aunque estimulaban la curiosidad de todos los amantes de la lengua latina, no son los más adecuados para nosotros, porque sus autores están a menudo demasiado preocupados por proponer nuevas palabras y el uso moderno de la antigua lengua, y éste no es el cometido de la escuela. Con la excepción de los diálogos y escenas elaborados por Guido Pasquetti, demasiado severamente criticado en su momento por Gandiglio. Muchos de los Colloquia de los humanistas se pueden leer on-line gracias al proyecto Colloquia scholastica del consorcio Stoa.
Por supuesto, los Colloquia fueron libros escolares y, especialmente en una época que no conoció los derechos de autor, las ediciones fueron muy numerosas; esto es especialmente cierto para las obras de mayor difusión, como las de Erasmo, Vives o Corderio. Aquí destacamos algunas, sólo exemplī causā, para mostrar la vitalidad y la longevidad de estas obritas:
FUENTE DEL ARTÍCULO: Colloquia scholastica, en la web de Vivarium Novum.

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